lunes, 21 de febrero de 2011

Libertad para follar/amar

Tengo un problema, como hombre estoy diseñado para esparcir mi semilla por doquier. Como homo sapiens se me ha inculcado que debo racionalizar mis sentimientos, amar a una persona y serle fiel hasta el fin de los días. En mi caso me encuentro en un caos donde conduzco por una carretera y derepente llego al final y me encuentro un sin fin de caminos posibles, todo menos uno que continúe recto. Diriase que continuar recto es hacer lo correcto pero he llegado un punto donde haga lo que haga seguro que alguien me reprochará mi decisión. Cosa que en parte me lo paso por el forro de mi entrepierna, en parte me importa.

Como ya dije anteriormente, me dejaron en septiembre. Luego han habido dos intentos de volver, dos intentos que fallaron estrepitosamente. No soy una persona que vuelve sobre sus pasos, jamás lo he hecho en mi vida hasta esos dos momentos donde me invadió una sin razón que nubló mi percepción primaria de la situación, esa chica me había puesto los cuernos, aunque sólo hubiera sido un beso, ella quiso más. Luego no soportó la idea de haber roto sus propias reglas y terminó dejándome por ser un obstáculo que hacía recordarle lo que había hecho.

Después del segundo rechazo, extrañamente sufrí una liberación interior. Ya no estaba obligado de ningún modo a guardar un poco de "velo" o como se diga, por la relación, por mis sentimientos hacia ella. Cosa que tampoco ocurrió de tal modo pues mi polla y mi corazón juegan en dos campos distintos, por lo tanto aunque mi corazón sufriera por un lado, mi polla estuvo gozando por el otro.

Esta liberación me abre la puerta a ser libre de enamorarme de otra persona, a no sentirme mal si el día de mañana mi ex-novia monte en cólera al verme besándome con otra persona. Es más, esgrimiré un rostro de indiferencia y le reprocharé su actuación infantiloide. Claro está eso nunca va a pasar, las mujeres son demasiado orgullosas para mostrarse de tal modo.

¿Y porqué tengo un problema? Tengo todo lo que siempre he deseado, libertad y sexo sin compromiso. Pero sigo teniendo el mismo problema de siempre, las mujeres que realmente me interesan... no me hacen caso. Y cuando digo que me interesan me refiero a que dentro de ellas veo la posibilidad de entablar una relación. Así que me digo a mí mismo que soy gilipollas, que teniendo lo que siempre quise... quiero volver a lo que antes tenía, una relación con una mujer que me mire a los ojos con amor y sonría por habernos encontrado. Una mujer a la que poder amar sin reparo alguno.

Con estas dos primeras entradas he querido abriros mi corazón y mis sentimientos, los antecedentes necesarios para entender mis experiencias y porqué haré cosas fuera del razonamiento lógico de un macho alpha cabrio.

Después de todo, soy el perro que maulla.

Meow

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